03 enero 2008

Biografía



Joaquín Mª
Arnau Miramón (1849-1906)


Fuente bibliográfica:
"La arquitectura del eclecticismo en Valencia: vertientes de la arquitectura valenciana entre 1875 y 1925" . Benito Goerlich, D. Ayuntamiento de Valencia, 1992.
La ciudad: Plano de Valencia



Ha sido calificado como el más importante arquitecto romántico valenciano.[1] Fue personaje de indudable prestigio que practicó el eclecticismo de una manera muy personal, fundiendo en sus obras, en ocasiones con evidente "esfuerzo", elementos clasicistas, de corte neogriego y matices medievalizantes, con algunas de las escasísimas manifestaciones de la arquitectura del hierro en Valencia.
Nació en Valencia el 16 de marzo de 1849, realizando aquí sus primeros estudios. En 1869 ingresó en la escuela de arquitectura de la Academia de San Carlos, donde fue condiscípulo de Antonio Ferrer, Enrique Semper y Antonio Martorell,[2] con los cuales cursó estudios de maestría de obras hasta el curso 1870-71. En dicho año, como había sido suprimida la enseñanza de arquitectura en Valencia, se vio obligado a proseguir sus estudios en la Escuela de Arquitectura de Madrid que por aquel entonces hacía profesión de eclecticismo en sus enseñanzas.[3]
Allí recibió las lecciones de Gandara y Mendívil, contempló las primeras aplicaciones importantes del hierro en la arquitectura y los inicios del neomudejarismo de Emilio Rodríguez Ayuso.[4] Recibió también las enseñanzas del valenciano Federico Aparici Soriano,[5] que ocupaba la cátedra de Construcción desde 1867, y estaba considerado como verdadera alma de la Escuela. Obtuvo su título el 25 de abril de 1874, aprobando por unanimidad el examen final de carrera, Importancia decisiva tuvo en ese momento su nombramiento como arquitecto de los "Lugares Píos de Santiago y Montserrat" en la ciudad de Roma,[6] y el 8 de junio del mismo año, pues le permitió por largo espacio de tiempo el estudio minucioso del arte clásico y un conocimiento de la arquitectura italiana del Risorgimento.[7]
Quizás se deba a esta consideración el pretendido barniz europeísta y "gusto más culto" que le ha sido concedido,[8] como factor esencial de su personalidad e influencia en la arquitectura valenciana del fin del siglo. Por otra parte su postura personal, reiteradamente mantenida en el ejercicio profesional y desde su prestigiosa posición social, rechazó definitivamente los presupuestos más acordes con un racionalismo arquitectónico, llegando a afirmar: "las matemáticas como aplicación para el arte son poco menos que discutibles y simbolizan un sentimiento de contraposición cons[9] No obstante, lo cual a él se deben los más importantes ejemplos de la aplicación del hierro a la arquitectura en el panorama valenciano de finales de siglo y algunas de las más atrevidas realizaciones en cuanto a diseño y utilización de nuevos materiales.


En 1879 Arnau fue nombrado arquitecto de distrito del Ayuntamiento de Valencia, cumpliendo las obligaciones de su cargo con indudable eficiencia y una característica severidad. En unión de José Calvo y Luis Ferreres trabaja por esos años en el estudio del posible Ensanche de Valencia, firmando en 1884, con los antedichos arquitectos, las disposiciones relativas a tal efecto.[10] Tres años antes asistió al I Congreso Nacional de Arquitectos en cuyas actas es reseñada su participación en el mismo.[11] Más tarde, en 1899 el firme afianzamiento del ejercicio privado de su profesión, debido sobre todo a su relación con la condesa de Ripalda, le llevó a solicitar su renuncia al cargo de arquitecto municipal que disfrutaba.

Su primera obra conocida en Valencia la realizó para la comunidad de religiosas del convento del Pie de la Cruz,[12]mediante la reforma y renovación de la fachada norte de la iglesia de dicho convento. Ese mismo año diseñó para la parroquial de San Esteban el altar destinado a custodiar el cuerpo de San Luis Beltrán, que se veneraba en dicha iglesia, en un estilo que fue calificado de bizantino.[13]Posteriormente, en diciembre de 1886 por encargo del conde de Trígona, en representación de la Gran Asociación Domiciliaria de Ntra. Sra. de los Desamparados, realizó el proyecto, en la calle Muro Blanquerías, de un gran salón, para el reparto de raciones de comida[14] a las familias pobres y una escuela de párvulos adjunta. Este salón constituye una de sus obras más importantes y conocidas, debido al inusitado empleo de una bóveda metálica sobre cuchillos de fundición[15] para cubrir la nave de la gran sala.
En 1887 realizó para la comunidad de monjas de Jesús María, obras de restauración en el antiguo convento agustino de Ntra. Sra. del Socorro,[16] que afectaron principalmente al interior de la iglesia y otras dependencias, con objeto de instalar allí el colegio del mismo nombre, que tanta importancia tuvo en el acontecer de la vida social valenciana en los siguientes decenios.

A partir de estos años tiene lugar el desarrollo de su comentada relación con Mª Josefa Paulín de la Peña, condesa de Ripalda, que le encargó la realización de importantes obras.[17] Éstas fueron principalmente: un palacio residencia para ella misma en terrenos cercanos a la Alameda, y un edificio de gran empaque, con pasaje interior, en la plaza de Cajeros.[18] Respecto al Palacio de Ripalda, se trataba de un edificio extraño en la producción arquitectónica de aquel momento. Fue concebido como un "chateau" a la francesa, dentro de una perspectiva romántica desligada de todo precedente local.[19]Su construcción puede ser situada entre los años 1889 y 1891. El edificio de la plaza Cajeros fue proyectado en 1889[20] con fachadas a esta plaza y a la de la Pelota. La principal mostraba cinco grandes arcos de medio punto separados por pilastras dóricas, y flanqueado el central por dobles columnas corintias adosadas, sobre pedestales. En las plantas superiores la decoración era de tipo neogriego, con falsas mansardas y coronado todo por un gran frontón triangular y una escultura corpórea de bronce. La fachada recayente a la plaza de la Pelota era de similares características pero menor amplitud. Entre una y otra se extendía un ancho pasaje cubierto por armadura metálica abovedada con placas de cristal.[21] La decoración resultaba algo forzada debido a la distinta procedencia de los motivos ornamentales, pudiéndose diferenciar claramente las plantas inferiores de las superiores. No obstante, Arnau no quiso renunciar a ningún detalle, aún en el caso de que, como ocurrió con las columnas exentas de los extremos del pasaje, fueran ocasión de largos y costosos expedientes para conseguir su aprobación, debido a que invadían la vía pública.

Respecto a los edificios particulares de menor entidad, Arnau muestra una especial predilección por determinadas formas a lo largo de su vida profesional. Así, utiliza preferentemente los vanos rectangulares con embocaduras que imitan la sillería, o arcos adintelados de ladrillo. Las dos plantas inferiores suelen formar conjunto, con los vanos subdivididos por estructuras de hierro fundido entre pilares de obra. La decoración, muy sobria, suele referirse a modelos neogriegos y ocasionalmente a repertorios clasicistas o medievalizantes. Es abundante el uso del hierro fundido en balcones, tornapuntas, remates y acroterios. Pueden servir de ejemplo las casas levantadas en la Bajada de San Francisco núm. 34 (1886), la casa Oliag en la calle San Vicente núms. 27 al 31 (1891) o la casa Sancho en la calle de la Paz esquina a San Juan de Ribera (1896); esta última de más compleja y rica decoración.[22]
En 1896 fue comisionado para realizar el proyecto de la Casa Social del Círculo Valenciano, que sería edificada entre las calles San Vicente de la Chamorra y Vallet,[23] para la que ideó una especie de pórtico de ojivas, cerrado por cristaleras.[24] A ambos lados habían cuerpos torreados de estilo neogótico.[25] En este edificio emplea Arnau por primera vez, exceptuado el dudoso proyecto del castillo de Ripalda, el estilo neogótico para la decoración, con adaptaciones sui generis de elementos del gótico local.
También en las obras particulares empleará en adelante referencias al estilo neogótico. Así en la casa Verges, construido a partir de 1898 en la calle Barcelonina núms. 10 y 12,[26] con arcos apuntados y conopiales, con alfices rematados por florones y cubrepersianas decorados con tracerías. Menos evidentemente utiliza también estos elementos sobriamente estilizados en la casa Rotglá (1900) en la calle San Vicente núm. 107[27] combinándolos con arquerías de mediopuntos. Ese mismo año construye en el Camino Viejo de Torrente una ermita[28] en la cual la integración de motivos medievalizantes descontextualizados y elementos de gusto neogriego da lugar a una extraña y enervante simbiosis.
En los años siguientes Arnau proyectará dos de sus más importantes edificios particulares. Se trata de la casa Sancho en la calle de la Paz esquina a Comedias y del Palacio de Fuentehermosa, en la calle Caballeros núm. 9.[29] La primera, construida en 1901 es un edificio de cinco plantas con fachadas en ángulo diedro, cuya integración resuelve un mirador volado de planta poligonal a partir del piso principal, que culmina por encima del coronamiento en un agudo chapitel cubierto de teja vidriada. Esta fachada presenta una rica articulación con dos zonas claramente discernibles: las plantas inferiores y las superiores, como es costumbre de Arnau, y una gran riqueza de contrastes en los materiales utilizados, que proporciona incluso algún atisbo de policromía.[30] La decoración une elementos clasicistas, neogriegos y medievalizantes, incluyendo en el motivo del ancho friso situado debajo de la cornisa una de las primeras manifestaciones del gusto modernista.[31] La parte más notable de la fachada resulta ser, sin embargo, el balcón central del piso principal sobre interesantes tornapuntas de hierro fundido. A partir de 1903 edificó para Pascual Garrigues el Palacio de Fuentehermosa en cuya fachada utiliza elementos clasicistas, renacentistas y otros de raíz neogriega y medievalizante para lograr la obra más importante del pleno Eclecticismo en Valencia. Los elementos más notables son los amplios miradores de planta poligonal situados en los ángulos de la fachada a la altura del piso principal y las cúpulas que coronan sus extremos decoradas con arcos de herradura ajimezados en el tambor. En su interior lo más destacable es el lujoso zaguán con su escalinata de mármol blanco, que recibe la luz por una claraboya cenital. Los salones y piezas de respeto se sitúan en la planta noble en la parte de la fachada principal, siendo relegados los dormitorios y gabinetes a las fachadas laterales, pero iluminados con vidrieras de colores.

Otras edificaciones importantes realizó Arnau en este período, siendo las más relevantes la casa Merle en la calle María de Molina, esquina a San Andrés número 102[32] levantada a partir de 1901 y caracterizada por un mirador de hierro de estilo neogriego sobre el balcón central del piso principal, y la que construyó para sí mismo sobre solares de su propiedad en la calle de Colón[33] en 1903. Esta última de extremada sencillez decorativa y simple distribución. Una decoración más estrictamente clasicista será empleada en la imponente fachada de la casa de Salvador Montón en la calle Pintor Sorolla núm. 6.[34] Por esos años aparecerán algunas veleidades modernistas en sus proyectos, como un lejano eco apenas discernible de la moda general. Así en octubre de 1903, cuando proyecta la casa de Fernando Montesinos en la calle de Pizarro, concluida en abril de 1905 un conjunto de líneas sinuosas parece invadir el diseño de algunos vanos, particularmente en el ingreso, en extraño maridaje con los elementos decorativos neogriegos de la entonación general. Más claramente estarán presentes estos elementos modernistas en dos miradores diseñados en 1906 para la casa núm. 9 de la calle Pascual y Genis.[35] Un conjunto de líneas flexibles y sinuosas forma el entramado de madera para los vidrios, mientras que las barras del antepecho de hierro se incurvan adoptando muelles grafismos vegetales.
En 1906 fue encargado de la construcción de un edificio destinado a Instituto de Sordomudos y Ciegos, más conocido como Asilo Sumsi[36] en la calle Martí. En esta obra que su cercana muerte le impidió dirigir y no fue terminada hasta el 19 de noviembre de 1920, Arnau utilizará elementos medievalizantes e incluso el tema del merlán coronado de la Lonja, que ya había usado anteriormente. Es de líneas sencillas y funcionales, como es característico en los edificios benéficos de la época. Aún en 1904 realizó otro importante proyecto para la Basílica de San Vicente Ferrer, que la muerte le impidió llevar a cabo.[37] Su última obra en Valencia fue la casa para Salvador Rocafull, en la Gran Vía Marqués del Turia,[38] en cuyo proyecto vuelve a una curiosa mezcla de elementos neogriegos y neorrománicos.
Fuera de Valencia había llevado a cabo numerosas obras entre las cuales es justo señalar la iglesia de Ntra. Sra.del Castillo de Cullera, sobre proyecto de J. Belda el Asilo de Santo Domingo de Villanueva de Castellón,[39] las obras de restauración en Santa María de Alcoy y la cúpula del Santuario de Ntra. Sra. de Sales en Sueca. En Onteniente realizó las obras de la capilla de la comunión de la iglesia de San Carlos Borromeo y el convento de franciscanos, y en Segorbe el Coro de su Catedral, pero quizá su obra más conocida sea la restauración del Palacio Ducal de Gandía.
Respecto a su actividad intelectual hay que decir que fue relativamente intensa desde su juventud de estudiante en Madrid, con discursos y trabajos para numerosas entidades culturales y religiosas a las que perteneció. Nombrado en 1893 académico de número de la Real de San Carlos de Valencia, fue encargado de pronunciar el discurso de apertura de curso de la misma el 6 de octubre de 1895, con el titulo de El Arte Ojival.[40] Otros discursos suyos son: A la Virgen, mi Madre en defensa del catolicismo sobre el racionalismo científico; Impugnación de las ideas vertidas en el discurso sobre las Matemáticas de Nicolás Pons en pro de la superioridad del Arte sobre la Ciencia; y el fechado en Madrid en 20 de octubre de 1871,[41] que reproduzco en el Apéndice documental; todos ellos manuscritos inéditos. En el desarrollo de su cultura intelectual fue considerado en palabras de sus contemporáneos como "muy severo en el cumplimiento de sus deberes y católico muy ferviente"[42]y en sus concepciones estéticas sostuvo siempre "la utilidad de lo bello sobre la utilidad de lo verdadero".[43] Su muerte tuvo lugar en Godella, donde pasaba temporadas de descanso durante los veranos, el 8 de septiembre de 1906 a los 57 años de edad.
[1] Peñín, A., ob. cit, pág. 49.
[2] ARASC, Arquitectura, leg. 61.
[3] LOREDO, R., ob. cit.
[4] Emilio Rodríguez Ayuso (1845-1891), que había recibido su titulo de arquitecto en 1869, año en que Arnau comenzaba sus estudios, estaba realizando en colaboración con Lorenzo Álvarez Capra la obra de la plaza de Toros de Madrid inaugurada en 1874, el mismo año en que el jóven Arnau recibía su título de arquitecto.
[5] Federico Aparici Soriano, que unía una gran cultura al dominio de varios idiomas, partiendo del racionalismo neogótico formulado por Viollet Le Duc, elaboró una poderosa línea de enseñanza, que conjuntaba el estudio cuidadoso de los últimos progresos de la construcción, con el conocimiento profundo de las reglas de cada estilo, constituyendo por ello una eficaz influencia sobre sus numerosos discípulos.
[6] Su nombramiento, firmado por el Marqués del Moral, está fechado el 8 de junio de 1874, y en él se le concede un sueldo de 3.000 liras a costa de la Legación de España en Italia.
[7] Su natural contacto con la arquitectura del Risorgimento italiano se manifiesta evidentemente en sus obras y, sobre todo, en su pasaje comercial cubierto, proyectado en 1889.
[8] "...recoge las ideas de una cultura más minoritaria y europea... intentó crear un alto estilo..." Simo, T., ob. cit., págs. 107 a 109.
[9] Arnau, J., "Impugnación de las ideas vertidas en el discurso sobre las Matemáticas de Nicolás Pons", discurso inédito conservando por sus herederos.
[10] Este proyecto de Ensanche vuelve a contemplar las posibilidades de una ampliación natural de la ciudad por la incorporación y urbanización de los barrios de Ruzafa, San Vicente Extramuros y Quart.
[11] Este I Congreso Nacional de Arquitectos, tuvo lugar en Madrid en 1881, y la participación más destacable entre los arquitectos valencianos corrió a cargo de José Camaña.
[12] AHM. PU., 1883, Const. exp. 56.
[13] Almanaque Las Provincias para 1884, pág. 134
[14] AHM. PU., 1886, Const. exp. 65.
[15] VETGES-TU, ob cit., núm. 9.
[16] El convento de monjes agustinos de Ntra. Sra. del Socorrro fue fundado el 15 de abril de 1501, sobre un edificio que había sido convento de Agustinas de Santa Catalina. El siglo XVII se levanto de nueva fábrica, pero pereció en el incendio del 28 de junio de 1808, durante el sitio de Valencia por las tropas francesas al mando del General Moncey. Posteriormente desamortizado se encontraba en situación de ruina cuando pasó a poder de la Comunidad de Jesús María.
[17] Alcahalí, Barón de, Diccionario biográfico de artistas valencianos, pág. 407.
[18] Esta plaza era uno de los lugares más bulliciosos de la ciudad, al cual desembocaban la zona comercial situada en torno a la plaza del Mercado por la calle San Fernando, y la zona cívica histórica por la calle de San Vicente.
[19] El proyecto ha sido atribuido a V. Monmeneu por A. Peñín, pero en aquellos años el único arquitecto en ejercicio con este apellido era Salvador Monmeneu. Peñín, A., ob. cit.,pág. 49.
[20] AHM. PU., 1889, Const. exp. 71.
[21] Este pasaje cubierto, cuyos bajos ocuparon diversos establecimientos comerciales, ha sido objeto de numerosas reformas posteriores. Corbín, J. L., ob. cit., págs. 113 a 124.
[22] AHM. PU. 1886, Const. exp. 4; 1891, exp. 75; 1896, exp. 24.
[23] Ibídem, 1896, exp. 264.
[24] Estos "pórticos" pueden ser considerados como un precedente de los utilizados más tarde para el Ateneo Mercantil.
[25] Es una de las primeras utilizaciones de este motivo característico de la Lonja, que será posteriormente utilizado por otros arquitectos.
[26] AAM. PU., 1898, exp. 38.
[27] Ibídem, 1900, exp. 339.
[28] Ibídem, exp. 3.
[29] Del Palacio de Fuentehermosa, cuyos planos originales se han perdido, consta la licencia de obra en el Ayuntamiento fecha el 10 de septiembre de 1903. AAM. PU. Fomento 1903, exp. 65.
[30] Las fachadas policromas habían sido utilizadas en esos años por Lucas García, secundado por Carmelo Lacal. También Arnau las emplea tímidamente en la obra que nos ocupa. Pero habrá que esperar a años posteriores para que reaparezcan obras de gran entidad.
[31] Este friso está formado por una greca de diseño modernista en esgrafiado blanco sobre fondo azul oscuro, y es obra de alguno de los decoradores que colaboraron en la construcción del edificio, pues los ecos del repertorio modernista no aparecerán en la obra de Arnau sino mucho más tarde. Otros frisos similares aparecen en obras contemporáneas de Lucas García y Carmelo Lacal. En el proyecto original Arnau lo había concebido a base de rosetas y esgrafiados neogriegos.
[32] AAM. PU. Fomento 1909, exp. 248.
[33] Ibídem. Ensanche 1903, exp. 8.
[34] Ibidem. Fomento 1903, exp. 625.
[35] Ibídem, exp. 34.
[36] Ibídem, 1906, exp. 5407.
[37] El proyecto había sido encargado por el superior dominico Fray Julián Rivilla, que colaboró con el arquitecto en su redacción. A la muerte de Arnau, fue desechado, por el elaborado por Francisco Almenar, sucesivamente ampliado. AAM.PU. Ensanche 1904, exps. 20 al 23.
[38] Ibídem, 1906, exp. 39.
[39] Martí Soro, J., Historia de Villanueva de Castellón., 1960.
[40] Memoria de la Sesión Pública de la Real Academia de San Carlos de Valencia el día 6 de octubre de 1895, Valencia, 1895.
[41] Apéndice documental núm. 1.
[42] Almanaque Las Provincias para 1907, pág. 389.
[43] Esta conclusión sostiene en el discurso titulado: "Impugnación de las ideas vertidas...".